viernes, 24 de julio de 2015

Carrera matutina

Otro de los poemas vanguardistas escritos este verano por mis estudiantes de University of Virginia Hispanic Studies Program fue esta carrera matutina de Breanna Munson. Un sujeto atravesado por problemas colectivos y mensajes de la cultura de masas consigue dejarlos atrás en su carrera, en un gesto que podría ser tanto afirmación individual como expresión del individualismo que surge como reverso de la percepción de lo colectivo.

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Lejos de casa,
yo corro, y comienzo pensar.

Caos.
              Todo el mundo es caos.

Tap, tap, tap…

              Mujeres abandonando a sus recién nacidos
en las calles, como si fueran la basura.

             Abortos. Huérfanos.
             ¿Qué es mejor, en este mundo injusto?

Padres emborrachados y peligrosos.

Tap, tap, tap…
                         Desconcierto.
             Todo el mundo es desconcierto.

Tengo miedo.
Tap, tap, tap…

Drogas, abuso, guerra, adicción, dolor y tribulación;
  Criaturas malhadadas desde sus nacimientos.

             ¿Qué cambió, para transformar el mundo así?
             ¿Siempre ha sido un mundo de corrupción?

  Sin embargo, yo corro.
  Yo pienso.
  Yo vivo.

Tap, tap, tap…
 
  El reloj me cuenta la hora;
  No tiene que hacer nada más que eso.
            

Soy una testiga del mundo,
             Pero actúo como una espectadora del mundo.
            
                         Me siento culpable.

  Aún así, yo corro.

Tap, tap, tap…

  Estoy mejorándome.
  Pero, ¿cómo mejoraré el mundo?
  ¿Soy responsable de esta proeza?

Todavía, yo corro.

                         Enrevesado.
             Todo el mundo es enrevesado.

Tap, tap, tap…

                                     Me doy cuenta:

  En este momento, soy libre.
  Entonces, yo corro,
  Y yo pienso.
  Doy gracias a Dios por ser libre.

Tengo paz, y sigo corriendo.


Breanna Munson 2015

Las fotografías proceden de www.europapress.net y whysoblu.com

jueves, 23 de julio de 2015

Oda al aire acondicionado

Este es el poema que escribió mi estudiante Austin Schinlever, del programa de la University of Virginia en Valencia, cuando le pedí que escribiera un poema inspirado en el futurismo... ¡Es que hace mucho calor este julio!

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A la medianoche me despierto,
ahogándome en sudor.
Intento dar la vuelta a la almohada,
para poder escapar de lo mojado.
Pero aún no se ha secado.
Con cada toque de la sábana me muero del calor.
No hay salida.
¡Cómo te extraño! Mi salvación.
El regalo de los dioses
con que se pudo civilizar este infierno.
Pero qué tortura es la vida sin ti.
Abrir las ventanas es
abrir el horno del exterior
y dejar entrar su calor.
Los vientos del verano
ofrecen muy poco alivio,
mucho menos que tú.
Sólo sirven para llevarme las moscas
y los olores feos de la ciudad.
¿Por qué no te agradecía?
¿Por qué me has dejado?
Te prometo, mi maravilla moderna,
que si vuelves a mí,
te cuidaré y nunca te olvidaré.
Te arreglaré—te lo juro—
y otra vez me darás la salvación.
Cómo deseo el aire ártico
que me dabas siempre.
Y cómo deseo la necesidad de
envolverme en las sábanas para escapar de él.



Austin Schinlever 2015

Las fotos proceden de www.cm-ausiasmarch.com y www.lavanguardia.com respectivamente

lunes, 13 de julio de 2015

Los perros de Valencia

En esta reflexión costumbrista, mi estudiante Olivia Hallac del programa de Michigan State University en nuestra ciudad saca interesantes conclusiones a partir del comportamiento de los perros en Valencia...

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Un montón de perros.  En cada lugar a que voy en Valencia.  Casi cada persona que yo veo tiene un perro.  Aunque hay una ley que requiere que la gente use correas, algunos de los dueños de perros no usan correas.  La gente no usa correas porque no las necesitan; los perros no tratan de huir.  Los perros corren y juegan mientras sus dueños caminan y hablan en las calles.  Todos ellos son amigos y no hay peleas.  Está claro que los perros en Valencia son fieles y respetan a sus dueños.

Mi madre aquí tiene una perra que se llama Meiga.  Ella siempre escucha y obedece a mi madre.  Meiga sigue a mi madre a todas partes.  En mi primer día aquí en Valencia, mi madre, Jaclyn y yo caminábamos por las calles cerca de nuestra casa.  Meiga nos siguió todo el tiempo.  Fuimos a Mercadona y ella esperó fuera.  Entonces comimos en un restaurante y Meiga se sentó al lado de nuestra mesa sin correa.  Meiga socializó con otros perros y otras personas cerca del restaurante y persiguió su pelota.  Independientemente de la comida , ella nunca estaba fuera de nuestra vista. 

Pienso que es posible que los perros reflejen a la gente de Valencia, y posiblemente, reflejen a la gente de toda España.  Los perros pueden correr con libertad, como la gente puede ser independiente.  La característica que estos grupos comparten es que volverán.  Hay lealtad y confianza con perros en Valencia tal como estas cualidades existen entre la gente también.  Casi cada día voy a un café con mis amigas para hacer mi tarea.  Las trabajadoras siempre toman nuestros pedidos y regresan rápidamente con la comida o las bebidas.  A veces me siento por horas y directamente antes de salir, es necesario que vaya dentro para pagar.  Hay una confianza implícita porque las trabajadoras creen que sus clientes son honestos.  Al igual como un perro, en los cafés aquí en Valencia la lealtad existe entre los clientes y los trabajadores.

Cuando comparamos la representación entre los perros y la gente en los Estados Unidos y la representación entre los perros y la gente en Valencia, hay una diferencia.  Como una americana, esta lealtad en Valencia es diferente para mí.  Con respecto a los perros, en mi casa en Nueva York tengo dos perros y siempre necesito usar correas.  Yo sé que mis perros me aman pero es posible que ellas se pierdan o se hieran.  Hay un poco de fideicomiso pero siempre miedo.  Desde mis experiencias, pienso que los perros en los Estados Unidos también reflejan a la gente pero en una peor manera.  Sin confianza y lealtad, no hay felicidad.  Deseo que los hombres con que he tenido relaciones con en el pasado actuaran más como un perro en Valencia.  Tal vez entonces no habría dolor o desamor.  También tal vez entonces habría más respecto por las relaciones y el aprecio por el amor.

Un montón de perros.  Si todo el mundo actuara como los perros en Valencia, el mundo sería un lugar mejor.  Mujeres jóvenes como yo pueden proteger sus corazones del dolor.  Cuando se llama una persona “un perro” en los Estados Unidos y también en otros países es un insulto.  No debería ser un insulto. Creo que en circunstancias especiales, llamamos una persona “perro” podría ser una buena cosa si hablamos de los perros en Valencia.  Pienso que con confianza y lealtad como los perros en Valencia, habría más paz y felicidad entre las personas. 

Olivia Hallac 2015


La fotografía procede de www.doogweb.es

miércoles, 13 de mayo de 2015

XXIII Premios Miguelete de Oro (Primavera de 2015)

Durante la clausura del Programa de Estudios Hispánicos de la University of Virginia en Valencia de Primavera de 2015 entregamos los premios Miguelete de Oro de poesía y narración. Estos premios se otorgan a estudiantes del programa en las sesiones de otoño y primavera y esta es su edición número veintitrés.

A continuación tenéis la lista de textos premiados. Todos están publicados ya en el blog. Podéis leerlos haciendo clic en el título.

Premio de Narrativa

Primer Premio y Miguelete de Oro de Narrativa: "Las crónicas de la idiota americana", de Saeeda Quansah 



Premios de Poesía:

Primer Premio y Miguelete de Oro de Poesía: "Ahora, antes y luego", de Jasmine Pineda 








Preguntas  y  respuestas  sin  orden  en  particular  

Jasmine Pineda es la autora de este poema vanguardista: lúdico y muy sugerente. Me encanta el final.

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Las  tartas  de  mango  de  mi  madre.

¿Qué  te  dejó  esa  cicatriz  en  el  brazo?

Con  dieciséis  años.

¿Cuál  era  tu  favorita?

En  Granada,  en  el  barrio  del  Albaicín  sola.

¿Al  final,  cómo  lo  descubriste?

Sólo  cuando  pienso  en  ello.

¿Cómo  era  tu  casa  de  pequeñita?

De  canela  o  quizás  de  café.

¿Todavía  te  duele?

Fue  por  accidente.

¿Lo  prefieres  con  azúcar?

Sí,  pero  no  mucho.

¿Cuándo  fue  la  última  vez  que  lo  viste?

La  canción  “Vienna”  de  Billy  Joel.

¿Era  tu  intención?

No  lo  sé  exactamente.  



Jasmine Pineda 2015 

La imagen procede de http://www.dgcomunicacion.com/