martes, 8 de abril de 2014

De cómo el mundo ganó su destino

Hoy os presento un relato de Alex Sauer, estudiante de mi clase de Survey of Latin American Literature II inspirado por el realismo mágico... Sobre ese momento en que el ser humano consiguió que su historia no estuviera escrita. Alex nos invita a romper el guión.

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Tic tac tic tac, el reloj. Me molesta este repetitivo sonido. Tic tac tic tac. Madre mía. ¿Qué hora es? Joder. Quince minutos tarde. Típico. Típico Señora Destina. Claro que a ella le gusta esperar. No tengo tiempo. Pues, no tengo tiempo para ella específicamente. Ha visto las cosas que ella ha hecho.  Finalmente oigo mi nombre.



Señora Destina. Ella se sienta en su gran escritorio de madera.  Su pelo se arregla  en un rodete ajustado. Su traje es planchado perfectamente. Archivos y archivos rodean la oficina. Una carpeta vacía está abierta.

-Ha estado evitándome- - ella me dijo sin mirarme. Tecleando y tecleando.

-Pues señora. Será mentira. No puedo evitarte. -respondo indiferente.

Ella levanta sus ojos penetrantes a mí.  “Tenemos que planear. Hoy. Tu carpeta está vacía. Completamente vacía.”

Ella está enojada y solo puedo reírme.  “Mi destino está en tus manos, Señora Destina. Si quieres que mi carpeta tenga algo, pues es tu decisión. Lo sabes todo, ¿no?”
Ella continua tecleando y tecleando más rápido. Pienso que finalmente ella está escribiendo mi destino. No me importa mucho. No sería la primera vez. Lo último vez Señora Destina he pensado que era lista.

Déjame decirte lo que pasó. Ella había conocido que tenía una cita después de la mía. Una cita con un hombre especial, el hombre más famoso de nuestra ciudad. Es guapísimo, alto, encantador, perfecto. La verdad es que he conocido este chico desde la niñez. Era evidente, aun en ese momento, él sería famoso. Mis padres me dijeron que Señora Destina vino a su casa el día de su nacimiento. La primera vez en años que la gente la vio afuera de su oficina. Ella nunca dejaba su oficina. Nunca. 

¡Qué listo! Sería un buen cuento para ella, para ayudar a su reputación sucia en este mundo. ¡Nuestra celebridad se casa con su amor juvenil! Las noticias serían buenísimas. Nuestra diosa, Señora Destina, se sonreiría en una foto y ella escribiría algo fantástico para engañar a la gente a quien creerían todo. Me iba cuando ella le llamó a él para entrar. ¡Qué coincidencia! Chocamos. Sabía que no era coincidencia y me di la vuelta hacia ella y solo le dije,  “Tu tendrás que trabajar más duro que eso.”

Ella me interrumpe mis pensamientos con su actitud omnisciente. “Aquí está. Esto será perfecto.” Ella se sonríe, contenta consigo misma.

-Me advirtió que será un mal cuento. ¿Vas a matarme en un gran accidente? Pero no es tan simple, ¿no? Vas a incluir a él. Yo sé. Te entiendo. Pues Señora, dame un cuento más interesante que esto.

Rápidamente ella se enfada.

-¿Cómo se sabe todo? Esto es mi trabajo. ¡Y tú! Cada vez trato de darte un buen futuro. Un buen destino. Si nunca se hubiera perdido tu carpeta, esto nunca habría sucedido. Habrías tenido el mismo destino de tu familia intolerable.-

-Espera. ¿Has dicho que perdiste mi destino?

-Señora Destina paró. Su cara todavía es rubor con enfado, pero rápidamente cambia a una cara avergonzada.

-Dígame cuándo. ¡Dígame! -No debo tan enfadarme, pero estoy. Estoy enfadada.

-Cuando me iba para bendecir a su amigo, regresé a mi oficina. Alguien me robó algunos papeles. Pues no algunos, sino solo los tuyos. Todo tu destino, desaparecido. Todavía no sé quien me robó. Pues ahora, tengo una problema grande. Tengo una chica rebelde que no tiene un destino. Es ridículo. Solo fue a este casa para bendecir el nuevo jefe de destinos. Voy a morir. Necesito un sucesor. No sé por qué estoy diciendo a ti esto. Estoy cansada. Cansada de ti. Hablas con mi secretario por una nueva cita. No tengo tiempo para discutir contigo hoy.

-Claro. Hasta luego, -dije y me fui antes de que ella cambia su decisión. Ella me dijo su gran secreto. Se le escapó. Entiendo que ahora, alguien en el pasado tenía un plan grande. Pues eludir mi destino era mi destino. ¡Qué ironía!

Entré en mi casa y mi hermanito está estudiando como siempre. Señora Destina le daba a él un destino horrible donde él no tendría éxito a pesar de su espíritu trabajador.

-Haz tu maleta. Nos vamos.

Mi madre se pone su mano en su hombre y él se va a su cuarto.

-Sabía que tú eres lista. Tu padre tenía sus dudas, pero hoy es el día.

-Claro. Mama, fuiste tú, ¿no?

-Vi una oportunidad y lo cogí.

-Gracias mama.  -la besé y me fui a los vecinos.
Estoy esperando más nerviosa que nunca. Cómo explico que él tiene que irse. Además irse conmigo. Él abre la puerta sonriendo.

-¿Vas a quejarte a mi sobre tu cita hoy o tienes un destino finalmente?

-No te burles tío.

-¿Qué pasó?

-¿Sabes tu destino?

-Claro que sí. Lo sé desde mi niñez como toda la gente en nuestra ciudad. Pues, excepto tú. Señora Destina, a ella te molesta mucho.

Él  se ríe.

Señor Destino, tiene un bello sonido, ¿no?

¿Cómo sabes esto?

-No te importa. ¿Quieres este vida? Escribiendo y escribiendo los destinos de toda la gente.

-Pues, no. Pero es mi destino. Destino es destino. No puedo cambiarlo.

-Tu puedes.

-No puedo.
-Explícame como no tengo un destino pero sigo viviendo una vida.

-Pero tu tienes un destino. Solo es perdido.

-Mi destino es un cuento en un papel que una mujer ha escrito. Un cuento que se volvería mi vida si lo tengo. Ella robó nuestras decisiones. Elijo todo en mi vida hasta ahora, no ella.

-¿Tu quieres ayudarme?”

-¿Ayudarte con los destinos? No has entendido nada.

-No. Entiendo. Evitemos el destino esta noche.

Alex Sauer 2014


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