miércoles, 13 de mayo de 2015

Las crónicas de la idiota americana

Saeeda Quansah es la autora de este excelente texto sobre la incomunicación, la extranjeridad y los prejuicios. Sin duda un excelente ganador del Premio Miguelete de Oro de Narrativa del Programa de Primavera de 2015.

_____________________________________



No voy a decirte que tengo un acento. Ya lo sabes. Es la manera de mi lengua, de mi gente. No hay trucos o secretos en mi pronunciación, solo las palabras que yo no sé y tú piensas que ya sabes.

Aquí está el gran rollo.

Cuando me dijiste que el medico vuelve a las tres y luego de decirme, “Three, three, three.” Me acuerdo cuando yo tenía cinco años con las rodillas blancas y un vestido manchado. Mi amiga Caroline me enseñó los números en español. Uno, dos, tres. Caroline siempre me sonreía. Esto era muy valiente para ella porque Caroline tenía los dientes grandísimos en nuestra clase. Tenía el pelo negro y los rizos y éramos las mejores amigas en la manera que las criaturas forman las mejores amigas en la comida y una nueva mejor amiga después de la siesta.

Por eso, cuando me dices tonterías… Tres. Tres. Tres…  pienso en los dientes de Caroline. Pienso en la ira que siento y como quiero estropear mi odio y tu ignorancia y la división entre nosotras. Pienso en mis padres que no son de aquí ni de allí y no tienen los acentos que son aceptables en las salas de espera.

La ira entra y sale de mi cuerpo. No estoy segura de si esta emoción, esta furia, tiene el derecho de ocupar mi cuerpo más de unos minutos. No invité el dolor de la cotidianidad castellana. En mi mente, los susurros de “No pasa nada. No pasa nada,” se están acurrucando en las esquinas mentales. Deseo recordarme y olvidarme.

Mis padres se marcharon de su país y no me decían nunca sobre los cuentos de discriminación cuando inmigraron a los Estados Unidos. No me decían nada. No es la manera de mis padres. No es la manera de mi gente. Quejar y fastidiarse es un regalo para las personas que tenían el tiempo de comer sin prisa y comprar las botas nuevas cuando quieren. Para saber que tu acento es perfecto dondequiera que estás.

“No soy imbécil. Soy americana.” Siento las palabras en mi lengua. Araña y araña. No deseo saber la razón detrás de mi revelación obvia a una mujer que no sabe más de tres palabras de inglés. Three. Three. Three. Salgo de la sala de espera y espero el autobús.

Respiro.


Dejo la ira donde crezca. Corto las raíces.

Saeeda Quansah 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario